El siglo XXI, el siglo de la individualidad
¿Individualidad social? Una da las causas de este fenómeno que experimenta Occidente conocido como una sociedad de corte individualista seria sin duda la vida en la ciudad. Mientras en el mundo rural todo el mundo se conoce y participan del campo, en la ciudad nadie conoce el nombre de su vecino. La época industrial supuso el cambio de población y el comienzo de una nueva etapa, social, económica y política. Dentro de la gran masa de una ciudad un individuo, está sólo, es dócil, no es persona, participa en la sociedad sólo para su subsistencia, es totalmente ajeno a su entorno, se vuelve cómodo. Políticamente esto es estratégico, la personalidad de los ciudadanos se diluye en la impersonalidad de los individuos. La primacía del bien individual, propuesto en el contrato social de Rousseau, sobre el bien común da como resultado una sociedad mansa y anestesiada muy conveniente a la clase política. A nivel social, la inmensa mayoría de las personas nos encontramos siempre buscando nuestra realización personal, buscamos nuestra identidad, algo que nos distinga, que nos haga particulares y diferentes del resto; lo que conlleva el aislamiento y el total olvido del otro. Todo encuentro con uno mismo es un encuentro con los demás, el otro es nuestro espejo y forma parte de nosotros Mounier afirmaba que la persona es integración, comunicación, compromiso y donación mientras el individuo es evasión, dispersión, separación y egoísmo. El excesivo individualismo en el que vivimos inmersos actualmente sería producto del sistema capitalista. Habría que diferenciar el personalismo que proviene de la cultura grecolatina y judeocristiana y de Revoluciones humanitaristas como la Revolución Francesa en la que se propugnaban derechos como libertad, solidaridad y fraternidad, del individualismo capitalista. El individuo por encima de la colectividad, mientras que la persona sólo se realiza en conjunto con los demás. Para Hobbes y Locke la sociedad seria solo un instrumento a través del cual los individuos pueden realizar sus fines. Por el contrario las sociedades comunitaristas serian todo lo contrario, el bien común primaria sobre el bien individual. Hermetismo, ausencia de familia, comunicación a través de medios técnicos perdiendo la función básica del hombre: la social. La constante búsqueda de la autonomía e independencia, el miedo al compromiso con el otro nos llevan a esta situación en la que muchos nos sentimos solos en mitad de un mar de gente. Asumir que todos somos dependientes del resto, dar importancia al interés común sobre el interés individual, saber que todos somos parte de un todo seria bueno para cambiar esta sociedad de egoísmo y capitalismo salvaje. ¿Ese es el futuro?¿ sociedades comunitarias? ¿lo conseguiremos? ! Juntos podemos!
Merche Lacalle Lozano
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